Estudiantes, niños y niñas actuando, interpretando y expresando en inglés con mucha fluidez. Se los vio cómodos, sueltos, dueños de una segunda lengua, cada uno en un distinto nivel.
Conmovedor si tenemos en cuenta que la mayoría de estos niños venían de un periodo sin estar en un teatro y realizando solamente clases online debido a la pandemia. Asombroso, si tomamos en cuenta las edades, la cantidad de niños y que tuvieron apenas dos meses de ensayos. Todos supieron qué hacer y dónde ubicarse.
Los y las estudiantes funcionaron desde el grupo abriendo espacios para los momentos de escenas centrales. En todo momento mostraron una organización que daba cuenta de lo conscientes que estaban todos del lugar que tenían que ocupar, incluso cuando surgió algún imprevisto.
Verlos y conmoverse fue la respuesta al compromiso que sentimos los espectadores ante tantos niños y niñas divertidos, comprometidos y entusiasmados por compartir con sus familias el aprendizaje y el esfuerzo de tantos días.